A... primera letra del abecedario,
A de Agonía
A de Amargura
A de Aflicción
A de Angustia
A de Ansiedad
A de Antipatía
A de Arrepentimiento
Creo que A es más que eso
A es Admiración,
A es Atracción.
Cuando los encuentre... haga el favor regresarmelos.
—Si quieres me acuesto en la cama – Sonrisa.
—Sal de la cama como me pillen fuera se enojara—Fruncí el seño cansada.
—Pero no hare nada, además solo tú quieres vernos—Cargó su peso sobre su estomago—Si quieres me abro de piernas para ti— Le habla coqueto.
—Deja las tonteras, puta— Una sonrisa traviesa.
—Salgan los dos de mi cama —Puchero— Quiero acostarme—Se hacen aún lado de la cama sentándose a los pies. Tocan fuertemente la puerta, ambos saltaron asustados.
—¿Cariño estas bien?—La puerta se abrió mientras la figura de una mujer, que a pesar de sus cincuenta y tantos años, le creen de de cuarenta—Te escuche hablar con alguien
Fruncí el seño molesta mientras miraba confundida las figuras frente a mí.
—Estoy bien solo estaba hablando con Jen y Jay—Sonreí alegre, ella solo me miro con tristeza cerrando la puerta tras de sí.
---------------------------
—¿Está bien?—La mujer niega con la cabeza, sollozo en los brazos de su marido.
—Deja, iré a darle la medicina—hablo con voz rota por el llanto.
- ¿¡Cuantas veces!? - escuche sus palabras retumbar en mi cabeza , por el amor a dios ni siquiera era la primera vez, solo me pude sonrojar, no sabia si de vergüenza o rabia.
- Da igual, es cosa mía - hable calmada, si perdía los estribos perderé la batalla, aun a mi corta edad conocía el chantaje como la mejor de las armas... lo aprendí del mejor.
camine con la firme intención de llegar a mi dormitorio, hace días que no dormía bien y el sueño me empezó a rondar, pero a ellos no les interesa, ellos solo ven lo que quiere ver, mi rendimiento en el día.
Sonreí casualmente al escuchar su intento por detenerme, me di la vuelta observándolos, aguantando cada una de sus palabras como siempre, estoicamente.
Cuanto habrá pasado en ese momento 10 minutos, 1 hora, 3 días, 4 semanas, 5 meses, no recuerdo para mi el tiempo pasaba exageradamente lento. Pero no era normal.
Suspiro. Gritos de rabia.
Silencio...
No lágrimas, No sollozos. No lamentos.
Parpadee confusa. Miradas sobre mi, enfoque mi borrosa vista. Solo un frío reproche hacía mi en sus ojos, mi mejilla marcada, mis ojos ardiendo y mi garganta seca.
- Felicidades - espeté con tranquilidad - oficialmente para mi todos estáis muertos.
Uno, dos, tres, cuatro y cinco, o eran más, creo que eran once, o serán menos. ya no recuerdo como era pero da igual, espere sentada o al menos lo intente porque al momento siguiente alguien llamaba.
- ¡Abre la puerta! - un grito
eso estuve asiendo lo siguientes cuarenta minutos, pero a quien le importaba, a mi no quizás había desarrollado una especie de inmunidad o quizás era que me entretuve.
Con algo de entusiasmo mire a mi alrededor chillido, llantos, ese olor a leche cortada y no se que mas.
¿Sudor? maybe or maybe not
Espere un rato, otro mas, que es lo que esperaba, si todos estaban dentro. Camine con un peso en mis brazos, un bolso al hombro, una mamadera en la otra mano y niños jugaban a mi alrededor.
- ¿Cual es tu secreto? - sonreí con alegría
La Paciencia, son solo niños.
Recordaba con algo de emoción como era el sabor en mis labios, esa sensación a crema de chocolate, whiskey y algo de almendras.
¿Eran frutos secos o algo de pasas? no lo recordaba, solamente la excitación de pasar por los labio disfrutando ese placer.
Era mi placer...
Mi culpable placer...
Un pecado...
Pero quienes eran para juzgar lo que yo hacia, si en sus casa hacían lo mismo, solos o acompañados, junto a cualquiera hasta con un amigo, desearía salir para olvidarme de ese sabor entre mis labios, pero me es imposible.
La textura... ¡o dios! que textura, sabroso.
Primero tenso, era como el beso de un principiante, algo dudoso, inseguro pero excitante. Después estaba esa forma con la que mi saliva se juntaba con su sabor, mi lengua jugueteando con ello.
.........
Fue mágico, solo espero que mi madre no me castigue por comerme su chocolate.
¡Detente! agite mi cabeza de un lado para el otro. carcajada.
Deja de hablar, realice el intento moverme pero mis pies no alcanzaban a llegar a la puerta cuando me detenían y volvía a mi posición en la cama.
¡Que te calles! intente gritar pero la voz no me salía, que significa ahora el constante repique en mi cabeza se volvió incontrolable, demonios pensé con resignación.
- ¡¿Me estas escuchando?! - asentí mirando sin mirar la cara de mi locutor. sonrió satisfecho. una mierda, nunca volveré ah sentarme al lado de una ancianita, lo juro.
Realmente perdí la cuenta de cuantas veces me ha sucedido, solo recuerdo la incómoda sensación de picazón en mi interior.
Estaba sentada, quizás no era la mejor de las posiciones pero recordaba que al irse me quede en la misma posición. No digo que era lo mas importante pero no pude ir tras ella.
Solo se fue dejándome.
Lo único que pensé en ese instante fue: ¡Maldito calambre en la pierna! ¡Me dolía como diablos!
Conciencia v/s Alma
Conciencia: Por fin! Lo conseguí! Conseguí cambiar el brillo oscuro de mi destino!
Alma: ¿sigues pensando eso?, no hablamos ya de los trucos del destino.
Conciencia: ¿Trucos?¿Que trucos?, nunca hablaste de eso.
Alma: (sonrisa sarcástica) entonces querida amiga, no has realizado nada para cambiar tu destino
Conciencia: ¡¡Pero mi destino yo lo controlo!!... ¿o no?
Alma: controlar, ¿que controlas?, tus pérfidos pensamientos, tu agria actitud.
Conciencia: (enojado) ¡no! yo controlo mis decisiones
Alma: (risas) decisiones, ah eso llamas decisiones.
Conciencia: ¿porque has de decir eso?
Alma: me hablas de decisiones y destino, que tu elegiste ser como eres.
Conciencia: por supuesto, si no, quien mas tendría que dar paso a esa decisión
Alma: ¡Oh, niña perdida!, me hablas del destino como si de un viaje conocido hablaras.
Conciencia: No es conocido, nadie lo conoce, pero tampoco es como un oscuro corredor.
Alma: Hablas por hablar y sin conocer nada, la ignorancia es el peor de los males.
Conciencia: Ignorante, Ignorancia no importa cual será la respuesta, mi destino es eso, MIO!
Alma: (silencio)
Conciencia: (triunfante) Vez nada tienes para argumentar los burdos pensamientos en tu negrura, alma!
Alma: sigue así, y pensare que tienes la razón
Conciencia: (sonríe) la tengo!, la tengo!, sabes muy bien que la tengo.
Alma: No lo se, esa es la gracia de saber, no saber es mucho mejor.
Conciencia: (confusa) entonces que razón tendré, explica, como hablaste de los trucos.
Alma: (Sonrisa Triunfante) Tu destino ya esta escrito, cuando piensas que has tomado una decisión por voluntad propia, te das cuenta que el destino ya sabia tu elección.
No recordaba desde cuando tenían esta extraña y compleja rutina, pero recordaba con algo de humor como el asunto había evolucionado llegando a extraños signos de obsesión, casi una especie de fetiche.
De pronto le embargo un sentimiento de preocupación, que pensaría su vecino cada vez que encontrábamos las miradas y me sonrojabais sonriendo como un estúpido. Pero era superior a mi, les aseguro que cuando lo miraba perdía toda conexión motriz o lingüística, cualquiera. Chad se reía de mi cada vez que empezaba el sagrado ritual (porque para mi era una especie de ritual pagano).
Hace mas de tres años que mi vecino, un chico de aproximadamente treinta años se cambio a las casas de mi condominio, a simple vista no fue nada especial, de hecho parecía algo mimado ya que a al rato de aparecer con el camión de mudanza, apareció su familia o eso pensé en ese instante. No le tome mucho en cuenta, pero ese día había sido el peor de mi existencia. Esa especie de día que te despiertas con la sensación de que no deberías levantarte por nada del mundo de la cama, pero por culpa del mundo debes realizarlo.
bueno, mejor volvamos a nuestro extraño ritual con mi vecino.
el chico, como antes decía, tiene aproximadamente unos treinta años, el pelo era rubio ceniza corto, tenia una sonrisa muy linda (para ser un hombre.) y no debía medir mas de un metro ochenta. como dije, la primera vez que lo vi, no le tome en cuenta, todo cambio el día que apareció en la puerta de mi casa con su linda sonrisa y su pelo rubio, enfundado en una sudadera y unos pantalones cortos (muuuuuy cortos). Sonrió un poco, asombrándose con mi altura, y me pidió algo de café y azúcar.
fue nuestro primer encuentro.
sonreí algo nervioso, le entregue el azúcar y me disculpe por no tener café, alegando que no había nada mejor que tomar chocolate caliente. El me se río de manera que me dejo babeando mientras lo veía, asintió y así empezamos. El salía en las mañanas a trotar y regresaba tipo siete de la mañana justo en la hora que me levantaba y me dedicaba un rato a mirarlo mientras aparecía por la puerta mostrado su cuerpo, para sonreír como siempre al verme en mi ventana. Gracias a eso permanecía diez minutos en la ducha. Después salía como las ocho de su casa montando su Audi A4 mientras yo tomaba el desayuno mirando como salía desde la cocina de mi casa. regresaba temprano los lunes, los jueves, viernes y los domingos, el martes regresaba a las once y el miércoles como las tres de la mañana, y no es que le estuviera esperando despierto para después ponerme a dormir. Siempre llegaba solo, nunca trajo a alguien a su casa pero siempre que llegaba me quedaba mirando un rato desde la ventana de mi pieza, hasta que él subía a la suya (que quedaba frente a la mía).
miraba por la ventana, hasta que él salía me saludaba, me agitaba la mano, y me lanzaba un beso de forma juguetona desde su ventana, para después irse a dormir. No se que será lo que tengamos, pero era agradable, solo esperaba que mis padres no se enteraran, porque si no...
prefiero no pensar en eso.